
Solo puedo pensar en ese instante,
en el momento en que tu corazón se acelero junto con el mio.
Ha! bendita muerte chiquita!
que delicia tenerte entre los resuellos de mi ajitado cuerpo,
bendita suerte el profesarte.
¡Ho amor mio!
que atrapas el aire como si fuese tu presa,
tu cuerpo colmado de amor fundido.
La muerte se posa en mi vientre entrando en un punsante gemido de placer,
el cual encuentra salida
entre mis labios y mis ojos que derraman lagrimas de sudor y felicidad.
Eres la gloria y mi infierno
Péché béni et doux
bendito y delicioso
pecado.
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